El yoga y la actividad sexual pueden llegar a convertirse en un complemento ideal. El yoga, como otras disciplinas orientales y occidentales, tiene como misión educar al cuerpo y fortalecer los músculos. Yoga y Tai – Chi tienen en común que el trabajo muscular se realiza en isométrico. Debido a esta manera de trabajar los músculos los practicantes de esas disciplinas adquieren una gran fortaleza física.
Con el yoga podemos estimular, entrenar y reeducar toda la musculatura de la zona pélvica que es uno de los grupos musculares que más se usan cuando se practica sexo. Esta estimulación de esos paquetes musculares es importante debido a que en la vida diaria los estimulamos muy poco. Tanto el yoga como la sexualidad, o el yoga aplicado a la sexualidad sirven para relajar tensiones y producir un relajamiento del abdomen. La práctica regular del yoga ayuda a tener una mejor vida sexual, más intensa y más placentera.
Otro de los factores que indirectamente hará que nuestras relaciones sexuales sean más placenteras es que mediante la práctica del yoga el individuo aprende a desprenderse del stress de la vida diaria. En esas condiciones el individuo está más receptivo a la hora de mantener relaciones sexuales.
El yoga permite ejercitar los músculos principales que utilizamos para hacer el amor. Estos músculos son vitales para que los dos miembros de la pareja disfruten de una relación sexual más intensa. Como ya se ha dicho anteriormente en este artículo, estos músculos que utilizamos para hacer el amor son muy poco ejercitados en la vida diaria por lo cual, si llevamos mucho tiempo sin hacer el amor, pueden causarnos algunos problemas en forma de agujetas o contracturas musculares.
Fuente: Fémina Actual | Imagen: andy51321
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