Una mujer que vive al norte de Inglaterra, tiene acumuladas 250 denuncias de los vecinos, por ser demasiado efusiva cuando tiene relaciones sexuales con su marido.
Caroline asegura que no quiere molestar a nadie, pero ha tenido que pagar 580 euros de multa por haber vulnerado la orden que la obligaba a bajar el volumen de su pasión.
Las vecinas grabaron los ruidos y las llevaron a los tribunales. Pero parece que estos gemidos no lograron excitar a los estresados jueces que determinaron que por cuatro años esta mujer deberá dejar de chillar, dar golpes y hacer demasiado ruido durante el sexo. También le fue prohibido poner música fuerte para tapar su vigorosa relación. Si la mujer no cumple con el dictamen podría ir a la cárcel por cinco años.
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