lunes, 13 de abril de 2009

Es ésta la esencia de mi enseñanza: ser común y corriente

"Ser común y corriente es la única manera de ser religioso. Todo aquello que es extraordinario es una simple pretensión del ego.

Ser común y corriente es lo más extraordinario del mundo porque todo el mundo quiere ser extraordinario. Nadie quiere ser común y corriente. Ser común y corriente es lo más extraordinario. Pocas veces ocurre que alguien se relaje y se vuelva común y corriente. Si se les pregunta a los maestros zen: "¿Ustedes qué hacen?", te dicen: "Recogemos leña en el bosque, cargamos agua del pozo. Comemos cuando tenemos hambre, bebemos cuando tenemos sed, dormimos cuando estamos cansados. Es todo".

No parece nada muy atractivo, recoger leña, cargar agua, dormir, meditar, comer. Dirás: "Son cosas comunes y corrientes. Todo el mundo las hace". Pero no son cosas comunes y corrientes, y nadie las hace. Cuando estás recogiendo leña, menosprecias esa actividad. Quisieras ser presidente de algún país. No deseas ser leñador. Menosprecias el presente a cambio de algún futuro imaginario.

Cuando cargas agua del pozo, tienes la impresión de estar malgastando tu vida. Te irrita. No estás hecho para cosas tan ordinarias. Estabas destinado a conducir al mundo entero hacia un paraíso, una utopía.

Son ficciones del ego...

Al ser común y corriente de repente lo que has llamado trivial deja de ser trivial, lo que has llamado profano deja de ser profano. Todo se vuelve sagrado. El acto de recoger leña se vuelve sagrado. Cargar agua del pozo se convierte en un acto sagrado.

Cuando cada acto se vuelve sagrado, cuando cada acto se convierte en una meditación, en una oración, sólo entonces logras penetrar la profundidad de la vida, y sólo entonces la vida te revela todos sus misterios. En ese momento te vuelves hábil, te vuelves receptivo. Entre más receptivo seas, más disponible está la vida para ti.

Es ésta la esencia de mi enseñanza: ser común y corriente... tan común y corriente que desaparezca todo deseo de ser extraordinario. Sólo entonces puedes estar en el presente; si no, no puedes estar en el presente...

No importa lo que seas o hagas --cargar agua u ocupar el trono de un rey, ser presidente o primer ministro-- es indeferente. Seas lo que seas, eres tú mismo.

Si eres infeliz cargando leña, serás infeliz siendo presidente porque las cosas externas no cambian nada. Si eres feliz como pordiosero, sólo entonces podrás ser feliz como emperador. No hay otro camino.

Tu felicidad depende de la calidad de tu conciencia. No tiene nada que ver con circunstancias exteriores...

Cuando cargues leña, sólo carga leña; disfruta de la belleza del acto y no pienses en nada más. No compares. El momento puede ser enormemente bello; puede convertirse en un satori. Puede se un momento de samadhi".

Osho, El hombre que amaba las gaviotas y otros relatos
http://osho-maestro.blogspot.com/

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