lunes, 27 de octubre de 2008

Sobre el sexo sensual - Parte 1



Hacer el amor sensualmente es aumentar en mucho tu placer sexual cuando llega ese tan especial momento de la intimidad con tu pareja, o con tus parejas, si acaso tú prefieres como libre opción personal ir viviendo diversas relaciones amorosas en la actual etapa de tu vida.

Son muchas las mujeres que acaban por sentirse decepcionadas del sexo con sus amantes en un momento u otro de sus experiencias. ¿Por qué? Sencillamente porque en la intimidad la mujer moderna espera aunque sea algo de sensualidad a partir incluso de sus propias fantasías eróticas, y a partir, sobre todo, de lo mejor de su hombre o de sus parejas sexuales. Seguro que en muchas ocasiones tú misma, amiga lectora, has deseado que él, tu marido, tu novio o tu amor, te acariciara más e incluso supiera excitarte de un modo mucho mejor a como es capaz de hacerlo en su actual estadio de aprendizaje del sexo. Numerosas mujeres piensan y sienten que si sus compañeros sexuales mostraran más sensibilidad e imaginación a la hora de la intimidad, ellas serían capaces de demostrarles el verdadero potencial de su propia sexualidad femenina.


¿Solución?


Enséñales tú misma, inicia tú a tu amante, a tus amantes, en los secretos de la sensualidad. ¿Quién más apropiada para hacerlo que su compañera sexual? Como mujer tú posees y atesoras de antemano los secretos de la sexualidad en tu ser. Es así porque tu sensibilidad es superior a la del hombre. Tú eres de modo natural mucho más receptiva ante lo que es el sexo sensual de lo que pueda serlo cualquier varón que no haya iniciado un verdadero aprendizaje del mismo. Es el objetivo de esta obra que si quieres tú te conviertas en toda una iniciadora al arte del amor sensual, en una maestra de la seducción para el hombre que ames o para las parejas a las que permitas ser protagonistas de tus aventuras amorosas o sexuales. Iniciar a tu hombre en los misterios que esconde la sensualidad es enseñarle a sentir placer de verdad, además de hacerle mejor como persona, como ser humano. Tú puedes convertirlo a él –a tu pareja fija o a tu amor de turno- en un gran amante, del mismo modo que cuando tienes hijos eres tú la que en mayor proporción y en realidad les enseñas a vivir y a ser.




Para tú llegar a ser una buena maestra o conocedora del sexo sensual y así poder enseñar los máximos secretos de la intimidad a tu amor o a tus diversas parejas en toda etapa de tu vida, lo primero y más importante es que tú misma tomes conciencia de tu propio poder seductor ante el hombre. Si evitas ser pasiva frente al sexo o la sexualidad, y desde hoy comienzas a cultivar una actitud más activa ante toda conquista amorosa que te propongas, comprobarás pronto cómo te eriges en dueña del arte de amar. Enseña sensualidad a tu pareja haciéndole experimentar cuanto vamos a exponer, todo lo cual te conducirá a la cima del placer con él. La mujer que se abre al fin a la sensualidad que de antemano se halla de modo natural en ella misma, aprende pronto a seducir, a ser ella la que seduce claramente a sus parejas, y entonces comprueba que el hecho de ser mujer es un poder, es una fuerza contenida en la propia feminidad. Ninguna seductora verdadera es hoy rechazada por el hombre al que ella elija conquistar, porque el varón sabiamente seducido por las armas sensuales de una mujer no podrá negarse a ponerse a sus pies. Las grandes seductoras del mundo del cine han hecho historia gracias a su poder sensual desplegado ante las cámaras y ante sus públicos seducidos por ellas. No se trata de que toda mujer sea una actriz capaz de representar el papel de una seductora en su vida privada o íntima. Se trata de saber divertirse del todo con el sexo y los diversos juegos de seducción que el amor sensual permite. Y esto puedes llevarlo a cabo con la persona que en este momento comparta tu vida.

Numerosas parejas creen que han fracasado como tales a partir del momento en el que comprueban que ya no se desean físicamente como antes, o como al principio de su relación. Llegan a esa conclusión errónea porque no saben o no se hacen conscientes de que la atracción puramente física es algo que concluye con el paso del tiempo, a menos que se realice la sexualidad sensual de la que vamos a hablar aquí con todo detalle. No es posible concebir que una sexualidad fundamentada en la penetración rápida y en una búsqueda veloz del orgasmo de él o de ambos se mantenga viva sin cesar. Este tipo de deseo concluye en cuanto se ha hecho el amor de las mismas formas muchas veces. El sexo sensual permite, en cambio, que cada ocasión íntima sea única. Esto otorga variedad a la situación sexual de modo que la sexualidad nunca aburrirá a la pareja sino, antes bien, todo lo contrario: el sexo sensual será siempre un aliciente reconfortante para quienes se atrevan a llevarlo a la práctica.


Como mujer, para llegar a enseñar sexo sensual a tus compañeros en la intimidad has de integrar en ti varias primeras ideas tan principales como excitantes y atractivas. La iniciativa a la hora del sexo has de llevarla tú, no sólo porque esto excitará más a tu pareja, sino porque una mujer sin recursos seductores no podrá impedir que su amor termine por abandonarla o por aburrirse con ella en la cama. Estar segura de que sabes excitarle es fundamental para desplegar esa iniciativa sexual que te conducirá al éxito en tus relaciones íntimas. Cuando la mujer espera que su compañero sexual la seduzca tomando él siempre la iniciativa de todo acercamiento íntimo, está cavando la tumba de esa relación. En cambio, cuando como mujer eres capaz de decir por propia iniciativa "quiero hacerte el amor" o "te deseo" o "me gustas mucho" o "te amo" o "me encanta tu cuerpo", etcétera, estás aplicando ya un inmenso poder femenino en tus relaciones. Y no digamos cuando eres capaz de realizar un streeptease inesperado ante él, o de llevar una de tus manos hacia su sexo a la vez que comienzas a besar sus labios, su boca, su cuello...


Incluso embellece de un modo especial la mujer que actúa con iniciativa ante el sexo, y será muy amada y deseada por su pareja o por sus parejas. Tu sexualidad es mucho más poderosa que la del varón. Tu deseo de un hombre es prácticamente una llamada real hacia ese hombre cuando te hallas a su lado o cerca de él. Cuando tú deseas mucho a un hombre lo estás excitando de hecho, ya que las feromonas estarán actuando e instintivamente él se sentirá atraído hacia ti. Las feromonas son unas partículas invisibles que desde el cuerpo humano emiten un olor sutil, el cual actúa como detonante del deseo de la persona que se halla contigo cuando tú la quieres atraer hacia ti. Tú escondes en tu interior toda una fuente de placer y creatividad a partir de tu sexualidad encendida. Una mujer excitada es una fuente de poder constante. Y una mujer excitada es casi siempre lo mismo que una mujer enamorada o a punto de enamorarse. Que ese amor dure sólo veinticuatro horas, una semana, un mes, dos años o toda la vida es una cuestión que pertenece a otro tema. Lo que tú quieres lograr en el fondo es que cada una de tus historias de amor sean al mismo tiempo sensuales, además de pasionales, bellas, excitantes y compensatorias para ti. Hay que saber de antemano que todo es posible en este mundo para el hombre que tiene a una mujer enamorada a su lado, como todo también lo es para la mujer que tiene la suerte de estar junto a un hombre enamorado de verdad. Una pareja que se lleve muy bien sexualmente, que triunfe unida en sus relaciones sexuales, es una pareja que vivirá con éxito todo cuanto emprenda durante el tiempo que dure su relación.


El placer que la unión sexual conlleva no sólo debe limitarse al orgasmo de ambos, a la eyaculación de él y a tus espasmos vaginales. Todo el cuerpo llega a ser fuente de placeres cuando se hace sexo con sensualidad. Hasta los sentidos de ambos miembros de la pareja llegarán a ser cauces para aumentar el placer. La vista, por medio de imágenes erotizantes, aumentará más la excitación de los dos. El tacto, mediante masajes y caricias adecuadas, también tendrá el mismo efecto, así como el oído, el olfato y el gusto, cuando son tenidos en cuenta a la hora del amor: lo comprobarás a lo largo de este libro. Todos los sentidos se amplifican y se ven remunerados satisfactoriamente cuando se practica el sexo sensual en sus numerosas variantes y posibilidades.


El amor sensual propicia placeres que conducen a que el acto sexual, lejos de fatigar o hastiar a uno o a ambos miembros de la pareja, llene de energía para vivir.


Por mi amplia experiencia en las secciones de sexo y consejos sentimentales e íntimos en las revistas femeninas españolas, sé que suele suceder que nadie te ha ayudado a fomentar del todo esa zona romántica y sensual que, por tu naturaleza más sensible que la de él, tú escondes en ti desde que dejas de ser una niña y te conviertes en una mujer. Tú sabes amar de antemano por puro instinto femenino, incluso desde el tiempo en que fuiste una atribulada adolescente a causa de lo que el amor y el sexo debían de ser para ti y, todavía, no eran ni son en realidad.


Hasta es muy probable que tus primeras relaciones sexuales te dañaran de modo que llegaras a pensar que el sexo, a ti, te había decepcionado. Es normal que le suceda a toda mujer. En su mayoría los hombres buscan sólo sexo en primera instancia, mientras que tú buscabas y buscas, simplemente, amor; sexo también, por supuesto, pero con amor o, al menos, algo de sensualidad. Luego creciste y una vez más volviste a darte cuenta de que aquello que en tus ensueños tú esperabas de la intimidad tiene hoy en día, aún, poco que ver con lo que son las cosas realmente. Tu sabiduría sensual innata como mujer viene a chocar casi siempre con lo que ellos, incluso muchas veces a pesar de decirte que te aman, esperan de ti en la cama a la hora de la sexualidad. Tu entrega sumisa a la situación íntima con él, tu total predisposición hacia una penetración rápida por su parte, la clásica felación o mamada para que él eyacule pronto debido a su ansia de hacerlo, e incluso, y no en pocas ocasiones, la constituida como tema casi tabú penetración anal, totalmente innecesaria en toda buena relación sexual y que a muchos de ellos y a algunas de ellas parece satisfacer en sumo grado, etcétera: todo esto es lo que en definitiva se da repetitivamente en las relaciones sexuales actuales. Y se da, además, en mucho desorden, sin tiempo para que los sentidos se impregnen del profundo y gran placer que la sensualidad añade a toda relación íntima. ¿Sitúa esto al hombre en una posición inferior a la tuya por su modo de entender el sexo? No, no hay que pensar así. Tan sólo sucede que la mujer es más sensible y natural, más sensual que el hombre ante el sexo.


Tal vez a ti te gustaría que todos estuviéramos viviendo ya en un mundo de color rosa, en donde todo acercamiento sexual fuera una fiesta para tus sentidos y los de tu amante, en una especie de placentera reunión de almas además de en una reconfortante unión física. Pero eso está aún por llegar. Piensa que hace tan sólo unas cuantas decenas de generaciones nos hallábamos en lo que hoy consideramos la antigüedad humana. No se les puede pedir más a los tiempos en los que estamos por muy adelantados que parezcan o que comiencen a ser. Existe hoy sin embargo la posibilidad de que tú introduzcas a tu amor en los secretos de la sensualidad. ¿Cómo? Enseñando a tu pareja o a tus parejas, paso a paso, no sólo cuáles son tus sensibles puntos erógenos, no sólo los secretos de tu personal forma de entender el sexo, sino el arte de convertir vuestras situaciones amorosas en un ritual siempre divertido, además de excitante y repleto de placeres distintos y variados.


La temida falta de diálogo en pareja, el cruel estrés cotidiano que puede acabar en una ruptura de vuestra unión, la aburrida rutina diaria: todo eso desaparece cuando una pareja decide amarse sensualmente, ya que esta técnica de acercamiento mutuo convertirá vuestra vida como amantes en algo distinto y superior a lo que era antes. Cuando se aprende a llevarlo a cabo con deseos de amar más y mejor, de ser más deseada siempre, de excitarlo más a él, el amor sensual abarcará finalmente todos los campos de tu existencia junto a tu amor. De esta manera vuestra sexualidad no quedará reducida al ámbito de vuestro dormitorio. Porque amarse con sensualidad es bastante más que saber acariciarse, es también más que decirse palabras bellas e incluso particularmente excitantes para ambos durante el coito, o que llegar a conocer la verdadera sexualidad -las más ocultas necesidades sexuales- de tu pareja en un momento dado o de tu amor para siempre. Es, además, saber cómo decorar tu cuarto para que él se excite más, cómo impregnar tu vida y la suya de pequeños y grandes detalles superexcitantes y hasta de fantasías eróticas cumplidas que harán de vuestra relación toda una fuente de nuevos y continuos placeres. La sensualidad aplicada es una toma de conciencia, un darse cuenta de los pequeños y grandes detalles que pueden conducir cualquier relación amorosa o íntima a otra dimensión en comparación a lo que es el sexo banal o cotidiano, hecho porque sí o sin otra motivación que alcanzar orgasmos rápidos y desordenados en medio de sudores y jadeos. Cada rincón del cuerpo de la persona deseada se vuelve susceptible de ser fuente de placer, mientras que cada zona de tu propio cuerpo de mujer se convierte en un volcán, cuando la pareja elige introducir la sensualidad en sus relaciones íntimas.


 


¿Cómo empezar ya a amaros sensualmente? Habla con él sobre sensualidad y solicítale que, por lo menos una vez a la semana, tú querrías hacer el amor de un modo sensual. Hablar de sexo de un modo natural -de lo que a cada cual le gusta más en la intimidad- es ya de por sí muy excitante. Ten dispuesto tu dormitorio de manera que sea el de una princesa del amor. Guarda para tus grandes ocasiones íntimas algunas velas de colores, y ten preparada una bombilla roja o violeta –o del color que más te guste a ti- con tal de iluminar tu cuarto de un modo especial en ese día que habrás concertado con él. El sexo sensual se lleva a cabo lentamente, con algunas horas por delante; y si es realizado en una habitación iluminada por una luz de color tenue que os permita veros a ambos desnudos en una bella semipenumbra, mucho mejor. No es llegar con rapidez a su orgasmo o al tuyo, el objetivo del amor sensual. Díselo así mismo a él cuando le expliques qué es y en qué consiste el sexo sensual que deseas practicar al menos durante esa única ocasión semanal a la que nos referimos anteriormente. El objetivo es que paséis las horas envueltas éstas en múltiples miradas de amor y deseo, en caricias inolvidables, entre mutuos masajes reparadores de las tensiones diarias acumuladas y, todo, desnudos los dos después de quizás haberos quitado la ropa lentamente ante el otro. El objetivo, en otra sesión de amor sensual, podrá ser también cumplir vuestras fantasías eróticas al hilo de una música romántica que os guste a ambos. La música New Age es ideal para esto. O podría ser ese mismo objetivo jugar a excitaros más y más, incidiendo con vuestras caricias en los puntos erógenos del cuerpo de cada cual, de modo que lleguéis a una alta cima de deseo mutuo antes del coito.


Fuente:Saber Ser


 

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