martes, 26 de mayo de 2009

Haz todo lo que puedas, y si llegan los fracasos, acéptalos con dignidad

Amado Maestro:

¿Por qué es tan difícil aceptar ser un fracasado? Yo preferiría sacrificar mi bienestar antes de admitir que he fallado.

"La pregunta que has hecho es la pregunta de todas aquellas personas que han sido entrenadas para ser egocéntricas y, desafortunadamente, toda la educación moderna, basada en la psicología moderna, le enseña a todos a ser egocéntricos, fuertes, cristalizados.

La idea es que la educación te prepara para un mundo que es competitivo. Es una batalla constante. Todos son enemigos porque todos son competidores, y a menos que tengas un ego muy fuerte, no llegarás a ser un presidente, no llegarás a ser un primer ministro, no tendrás éxito en volverte el hombre más rico del mundo, permanecerás siendo un nadie, dejado a un lado del camino, y toda la caravana de los competidores pasará delante de ti. Serás aplastado por todos.

Este temor ha sido creado en cada niño desde el comienzo mismo: tienes que ser muy fuerte, de otra manera serás aplastado.

Todos están tratando de ser victoriosos de una manera u otra, todos están compitiendo para llegar más adelante, para volverse alguien especial...

No hay nada equivocado en ser un fracasado. ¡Simplemente, sé un fracaso total! Haz todo lo que puedas, y si llegan los fracasos, acéptalos con dignidad. Alguien tiene que fracasar, alguien tiene que ganar. No debes estar tan apegado a tu propio ego como para tener que ganar siempre. De vez en cuando, al menos para cambiar, no es malo fracasar.

Se puede aprender tanto de los fracasos como de las victorias. Puedes aprender a no ser egocéntrico, puedes aprender la humildad, puedes aprender a aceptar cualquier cosa que la vida te traiga. Y todas estas cosas te darán madurez. Entonces, ¿qué importa quiés es el ganador y quién es el fracasado?.

Las personas se preocupan innecesariamente de que todo el mundo los mire. Nadie tiene tiempo. Todos están interesados en su propia competencia.

Después de ser elegido presidente de América, Ronal Reagan volvió al pequeño pueblito donde se había criado. "Supongo que todos aquí se habrán enterado del gran honor que se me ha conferido", le dijo a un viejo compañero de colegio. "Sí", le contestó éste. "¿Y qué es lo que todos dijeron acerca de esto?", preguntó Reagan. "No dijeron nada", replicó el hombre, "sólo se rieron".

¡A quién le importa! Las personas simplemente se ríen de este idiota que se volvió presidente. De hecho si eres un fracasado tendrás la simpatía de todos, pero si eres un ganador no tendrás la simpatía de nadie.

Pero uno tiene que tomarse la vida más bien como un campo de juego. Uno debería aprender a ser un hombre de juego, debería saber que alguien tiene que ser el ganador y alguien tiene que ser el perdedor. Si eres un hombre humilde te gustará ser el perdedor antes que privar a alguien de la victoria. Tal vez nunca hayas pensado acerca de la posibilidad de disfrutar el fracaso porque estás dando a alguien la posibilidad de disfrutar la victoria. Su victoria depende de ti, podrías haberlo privado de su victoria...

Pelea con toda tu energía e intensidad, pero no es necesario que seas el ganador. Y cuando el otro gana, regocíjate en su victoria también: fue un hermoso juego.

No te sientas derrotado. Tu fracaso es una derrota sólo si no has puesto toda tu energía en él. Si lo haces, puedes hacer de tu fracaso algo más valioso que la victoria misma.

Pareces ser una persona muy seria. Toma la vida como un juego, disfruta cada lado de ésta: el fracaso o la victoria, errando o encontrando el camino correcto, la oscuridad de la noche y la hermosura del amanecer.

Disfruta ambos lados, todas las posibilidades, y aprende de cada experiencia algo que te traiga más madurez. Y aprende a ser un poquito menos serio y un poquito más comprensivo. Ten un poco más de sentido del humor...".

Osho, Opuestos complementarios
http://osho-maestro.blogspot.com/

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