miércoles, 6 de agosto de 2008

El parto bajo el agua

Durante un parto bajo el agua, una madre puede recibir a su hijo en una piscina o bañera tipo jacuzzi donde el agua es mantenida con una temperatura del cuerpo, es decir de 37 grados, por lo que el niño nace bajo evitando una experiencia traumática al pasar de la placenta al aire frío.


Las ventajas del agua caliente para la madre

Por se un analgésico natural, el agua caliente relaja los músculos de la madre y ayuda por una parte a que el útero se contraiga de manera eficiente lo que ayuda a dilatar el cérvix con una adecuada oxigenación.


Además, durante el parto se aminora la producción de adrenalina, una hormona que no ayuda a la dilatación vaginal, contrarrestando la fuerza de gravedad y disminuyendo la motivación sensorial, así aumenta la producción de endorfinas que son unas substancias que reducen la sensación del dolor. Además, el hecho que uno no sienta peso y que la madre tenga mucha libertad para moverse dentro de la tina evita el aplastamiento del útero encima la vena cava.


De otro lado, una madre podrá adoptar diferentes variedades de posiciones como la de cuclillas la cual facilita el movimiento y también descenso del bebé a través del canal de parto el cual se amplía en un 30% de su diámetro para poder oscilar con libertad el cóccix.



Cuando la madre sumerge su cuerpo dentro del agua caliente cuando se encuentra en un período expulsivo y en una posición fisiológica para poder parir, entonces, este elemento facilita la relajación de tejidos y músculos por lo que los desgarros del piso pélvico tienden a disminuye o evitarse; además al no existir ningún bloqueo de las emociones o del ambiente entonces, el periodo disminuye ya que se deja que el descenso tome el tiempo necesario y por tanto, no se puja hasta que el deseo aparece de manera natural.


Finalmente, cabe decir que este medio estimula una evolución del trabajo de parto de una forma mucho más confortable ya que la mujer tiene la posibilidad de conducir su propio parto lo que hace que disminuya la posibilidad de intervenciones; no se usa medicación, oxitócicos, no se le cortan las membranas y por lo tanto se disminuye, hay una gran posibilidad para eliminar el sufrimiento del feto durante un trabajo que se desarrolla en forma física. Además, logra una menor pérdida de sangre de la madre durante los momentos del alumbramiento.


Las ventajas del agua caliente para el niño

Se logra un descenso suave donde el canal es blando y no tiene presión por los oxitócicos los que cambian el gradiente natural de contracción y por lo tanto, también cambian el ritmo cardíaco y de oxigenación del bebé.


El feto saldrá de la madre y de inmediato se acostumbrará a la inmersión, ya que pasará del líquido amniótico a un medio que le resultará muy familiar, de una manera no violenta.


El bebé podrá extender brazos, piernas y tronco en un medio cálido, laxo y satisfactorio.


Una vez que el bebé sale del cuerpo de la madre, en tan solo algunos segundos se le coloca sobre el vientre de ella, esta le da un suave masaje y mientras los dos siguen en el agua ambos pueden seguir de tal manera mientras el cordón sigue latiendo y dándole al bebé el oxígeno que necesita para respirar por sí mismo.


Así, cuando el bebé se encuentra en un ambiente mas frío empieza a respirar con suaves gemidos y mientras se mantiene el cordón, este empieza a llorar para iniciar una respiración con ritmo hasta que proviene el corte de este.


Un bebé que nace bajo el agua nace sereno, con un mayor desarrollo de su fuerza muscular, menos irritable y menos veces de enfermedades durante el primer año de vida las cuales se relacionan con estrés y disminución de las defensas.


Algunas consideraciones para un parto acuático

Si bien, un parto acuático no representa ningún riesgo para la madre o para el niño, es importante que este sea atendido por un especialista, aún si se sabe que la embarazada es de bajo riesgo.


No es recomendable a todas aquellas mujeres que tienen antecedentes de diabetes mellitus, hipertensión arterial, cardiopatías, metrorragias del tercer trimestre, desproporción fetopélvica y, en general, cuando el especialista no lo aconseje.


No hay forma de adquirir una infección dentro del agua, lo único que se debe tener en cuenta es que el agua esté limpia. Luego, durante la labor de parto todo se mueve hacia fuera y abajo, por lo que no tiene sentido que las bacterias suban al útero. En realidad, todas las bacterias de dentro y alrededor de la vagina se eliminan en el agua, haciendo que la posibilidad de infección disminuya.


Para un parto como este, no necesitas alquilar una piscina costosa sino simplemente llenar una bañera con agua limpia y templada a una temperatura de 36º / 37º C, ya que así se logrará la misma temperatura que tiene el líquido amniótico.


Finalmente, es importante destacar que durante un parto acuático no sólo la temperatura del agua tiene un rol importante sino también la falta de peso, luz y sonido. Ademas, que la mejor posición que puede adoptar la mujer es la que ella desee y puede salir de la bañera cuantas veces quiera. Por tanto si estás planeando tener este tipo de parto te sugiero que tomes cursos psicoprofilácticos, los mismos que se dan en las diferentes instituciones que brindan asistencia a las mujeres en gestación.




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