martes, 5 de agosto de 2008

Monotonía en las relaciones de pareja


La rutina o monotonía sexual es una queja frecuente dentro de las parejas que manifiestan querer separarse, buscar nuevos horizontes o al menos romper el vínculo por un tiempo. Estas personas dicen haber perdido la esencia de la relación o no entender como han podido estar juntos durante el tiempo que lo han hecho, si al parecer no hay nada en común que les resulte estimulante o perspectivas de desarrollo dentro de la relación. La rutina afecta diversos niveles que van desde la comunicación, las actividades conjuntas, los planes a futuro, la convivencia en general, hasta los encuentros sexuales y las expresiones eróticas.


Ante la rutina y la cotidianidad se consumen los encuentros íntimos que tienden a desaparecer rápidamente cuando la inercia hace su aparición dentro de relación y esto lleva a que los individuos que componen la pareja tiendan a aislarse, buscar actividades individuales o con amigos diferentes a su compañero(a) y presentar altos niveles de estrés, además de una creciente sensación de insatisfacción, cansancio y hasta incomodidad con la presencia del otro.




Se generan una serie de sentimientos confusos y que se expresan a través de conductas de aislamiento, resquemor o simplemente indiferencia por el otro, se puede llegar a sentir que la presencia del otro es un estorbo y que seria mejor aislarse o separarse durante algún tiempo para evitar tener que encontrarlo, darle explicaciones o simplemente confrontar las situaciones que se generan en la vida de la pareja.


Cabe aclarar que la sensación de monotonía o cotidianidad sobre todo en el ámbito sexual, no se da de manera simultanea en las dos personas de una pareja, es una sensación que no es igualitaria y puede presentarse solo en una de los individuos que la componen, llegando a sorprender al otro ante las reacciones o quejas de su pareja por cualquier motivo. Es normal que una de las personas entra en este nivel de pensamientos y genere cambios en su conducta, hábitos o espacios conjuntos y su compañero debe ser lo suficientemente receptivo para entender o evidenciar que es lo que pasa.


La situación se podría describir de la siguiente manera: “Es como si el erotismo y todas aquellas cosas que en un principio de la relación generaban excitación, bienestar y deseo se desvanecieran y fueran remplazadas por situaciones displacenteras o insatisfactorias que van muy ligadas en algunos casos al tiempo de duración de la pareja y al nivel de conocimiento mutuo que han logrado lo que puede llevarlos a la perdida del interés por el otro o a no querer explorar o experimentar cosas nuevas o simplemente el dar por sentado que la convivencia implica una rutina y que esta es una condición necesaria de todas las dimensiones de la pareja por lo cual no vale la pena intentar modificarla y esto impacta desde las decisiones simples de cada día hasta los encuentros sexuales, su duración, intensidad o satisfacción.


Un síntoma de alerta para que las parejas evalúen si esta es su situación tiene que ver con el encontrar una nueva serie de sentimientos, que van desde la compasión, hasta el cansancio manifiesto ante el otro, además de unirse a un fuerte sentimiento de culpa, donde se originan una serie de pensamientos repetitivos que generan en la persona mas falta de interés y hacen mas fuerte las rutinas dado que se cumple con la función del sexo y no se da un encuentro real con el otro.


Las personas pueden llegar a acostumbrarse a todas las situaciones y casi a resignarse a la falta de creatividad sexual, lo que lleva a una total resignación y aburrimiento dentro del encuentro intimo de la pareja, llevando con el tiempo a originar que estos se espacien en el tiempo y con el pasar de los meses o semanas desaparezcan de la vida de pareja.


Es importante cuando se empiecen a manifestar sensaciones de aburrimiento, falta de interés o perdida del deseo, buscar la causa, abordar al otro y entender las situaciones que se vivencian para así generar procesos de cambio y no permitir que la relación se convierta en un sin sentido que puede llevar a la disolución de la pareja. Esto debe hacerse cuando empiezan a desaparecer las ganas de compartir, de estar juntos de elaborar planes, proyecciones a futuro o simplemente las cosas que eran una vivencia de pareja ya no parecen tan importantes como el hecho de hacer el amor, crear juegos eróticos, divertirse y sentirse felices con la vida ante la presencia del otro.


Todas estas situaciones generan un cambio de sentimientos, de positivos a negativos, de amor a rechazo o de querer compartir a la intención directa y manifiesta de aislarse o buscar nuevas actividades donde la pareja no este activa o presente y se puedan conocer nuevas formas de diversión o personas con nuevos puntos de vista.


La rutina se origina cuando las cosas se han aprendido y se hacen costumbre y casi sin pensar, el hacer el amor puede convertirse de una experiencia excitante donde se descubren nuevas formas a un simple acto donde se quitan la ropa, asumen diversas posiciones, las caricias se vuelven repetitivas y el tiempo compartido se va a acortando para que cada persona pueda dedicarse a otra tarea que le parezca mas interesante o vital.


Generar procesos de evaluación y auto evaluación dentro de la pareja puede ayudar a que el conocimiento del otro y los sentimientos que ha originado se nutran y se mantengan a través del tiempo, modificándolos de acuerdo a los cambios vitales, sin que estos choquen con las expectativas que se manifiestan o los proyectos de desarrollo individual. El reto es comunicar los sentimientos negativos y positivos, buscar niveles y mecanismos de protección y cuidado, crecer juntos y tener el valor de cuestionar las fallas o conductas del otro sin la necesidad de agredirlo o buscar formas de compensación por aquellas situaciones que hemos sentido injustas hacia nosotros.


Comunicarse es importante dentro de la relación y hablar de sexo, de las relaciones sexuales y de la forma como estas se dan dentro de la pareja, permiten dinamizar muchas veces la relación y superar aquellas fuentes de monotonía.




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