viernes, 15 de agosto de 2008

Los fantasmas de homosexualidad de los hombres heterosexuales

Las fantasías homosexuales son muy frecuentes en la adolescencia y bastantes perturbadoras para algunas personas adultas. La homosexualidad temida es el miedo a ser homosexual por los motivos más diversos, por ejemplo por inseguridad sobre la propia identidad; o por una fase adolescente no bien superada; o por fantasías o pensamientos insistentes y amenazantes en el sentido que ‘supondrían’ una homosexualidad reprimida.


Los fantasmas homosexuales que se observan a menudo en el adolescente reflejan la operación psíquica de elaboración de identidad, de reconocimiento e integración de la imagen sexuada del propio cuerpo, pero también de reconocimiento y aceptación del otro sexo como complemento del propio. Estas fantasías están a menudo ligadas con el necesario trabajo de duelo con respecto a la omnipotencia infantil.


En principio remarquemos algunas diferencias entre atracción, fantasías y vínculos:


· La atracción sexual tiene que ver con el carácter erótico que lleva a dirigirse hacia las personas de un mismo sexo, el opuesto o a ambos. La homosexualidad designa las relaciones entre hombres y mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo.


· Las fantasías sexuales son muchas imágenes o estímulos sexuales creados en la imaginación que pueden ayudar a provocar excitación, independientemente de la orientación sexual. Una persona puede tener una orientación heterosexual, pero excitarse con imágenes homosexuales.


· Los vínculos sexuales engloban los sentimientos positivos de ternura, afecto o enamoramiento dirigidos hacia personas, sean del mismo sexo o no.



Las fantasías homosexuales pueden darse pues en hombres que las utilizan en sus encuentros heterosexuales o en sus actividades masturbatorias. Es decir en personas que se excitan con historias donde mantienen relaciones sexuales o juegos eróticos con otros varones. Esto no deberá parecer tan extraño ya que en muchos seres humanos aparecen sueños o fantasías homoeróticas, pero esto no quiere decir que sean gays. No por soñar con un juego amoroso con alguien del mismo sexo o porque un varón tenga rasgos afeminados o una mujer aspectos varoniles eso los define como homosexuales. Una fantasía no es un deseo ni una aspiración. Al menos no en todos los casos. Un homosexual se define por el objeto erótico que lo excita, no por sus sueños o fantasías. Es totalmente esperable que existan fantasías, sueños, ideas, deseos y excitación con personas del mismo sexo, esto no indica necesariamente homosexualidad, en todo caso, si esto genera conflicto, hay que trabajar con la identidad personal y nunca dar por sentado lo aparente. Así como no debe desviarse las tendencias homosexuales tampoco deben serlo las heterosexuales.


Hay incluso muchos casos de concreción de relaciones homosexuales placenteras y eso no define. Algunos inclusive han tenido encuentros en algún momento de sus vidas, sin que esto signifique que son homosexuales. Las fantasías sexuales acompañan el desarrollo de las personas y su crecimiento en materia sexual.


De cualquier manera el deseo homosexual es la sexualidad natural y aceptable para muchas personas, y se integra dentro de una identidad saludable y madura.


Además, el saber la orientación sexual de una persona no nos dice nada sobre su salud psicológica y su madurez, su carácter, sus conflictos internos, o su integridad.


La orientación homosexual no es ni buena ni mala. No es normal o anormal. ¿Será ésta la preocupación de los que tanto se asustan? En todo caso, el comprenderse a uno mismo, la calidad de las propias relaciones, y una mayor libertad para perseguir e integrar el placer son mejores medidas para sentirse bien con uno mismo, independientemente del género de la pareja sexual.


La homosexualidad es una elección de la orientación sexual que va gestándose desde el nacimiento y se define especialmente a partir de la adolescencia; sin embargo, sea en la edad que sea, esta elección conlleva una transición en la que la persona se plantea su identidad sexual.


Si esto se comprende así, ¿por qué es tan común que las fantasías homosexuales funcionen como ‘fantasmas terroríficos’ para la mayoría de los hombres heterosexuales? ¿Qué podría ocurrir? ¿Cuál es el riesgo? La pérdida de la masculinidad. Supone un replanteo de una identidad que se creía asumida, definida, resuelta. La existencia de este tipo de fantasías genera gran angustia por la pérdida de la seguridad en la identidad sexual que se consideró constituida.



Descubrir que las fantasías no atentan contra las preferencias sexuales predominantes en cada uno puede traer alivio. Pero la amenaza permanecerá latente. Encubriendo o bien prejuicios, o bien inseguridades provenientes de una autoestima baja. O bien procesos identitarios no completos, en cuyo caso lo que se pone en juego es directamente el ser, ya que el sentimiento de masculinidad es para el hombre heterosexual determinante de su existencia.



En algunos casos puede tratarse de una homofobia internalizada. Se llama homofobia a los sentimientos negativos, actitudes y conductas dirigidos en contra de las personas homosexuales. Si la homofobia es externa, es decir proviene de lo social, se instala en la subjetividad, parasitándola. La autoestima puede entonces estar afectada como resultado de esto. Y pueden llegar a aparecer sentimientos desestabilizantes.


Una de las explicaciones posibles de la aparición de fantasías homosexuales en el hombre dada desde el psicoanálisis da cuenta de la necesaria constitución de la masculinidad. Ésta tendría lugar a partir la fantasía homosexual como búsqueda de incorporación de la virilidad a partir de la relación con otro hombre. Lo cual, supone la paradoja de tener que pasar, primero, por una ‘posición femenina’, desde la cual recibir la potencia masculina que permita el pasaje de niño a adulto.



Pensar las cosas desde otro lugar abre nuevos interrogantes. El interés sexual del hombre por la mujer no es algo obvio. La pregunta ya no debería ser “¿por qué alguien es homosexual?”, sino, de modo más general: “¿qué es lo que lleva a un ser humano a realizar una elección de objeto sexual?”, sea ésta heterosexual u homosexual.




Fotos: www.flickr.com




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